¿Qué es la Elastografía Hepática?

Beneficios de la Elastogragía Hepática por Fibroscan®

Esta técnica permite medir la rigidez hepática y cuantificar la fibrosis, de forma no invasiva, sin riesgos, obteniéndose el resultado de forma inmediata y se puede repetir periódicamente de forma segura.

Sirve para evaluar:

  • Hígado graso – Esteatohepatitis no alcohólica.
  • Hepatitis crónica por virus C.
  • Hepatitis crónica por virus B.
  • Enfermedades hepáticas colestásicas.
  • Cirrosis hepática.

¿Cómo Funciona el examen de Elastografía Hepática?

Es un método diagnóstico basado en la evaluación de la elasticidad o rigidez hepática llamada elastografía transitoria. Esta técnica permite medir la rigidez hepática y cuantificar la fibrosis, de forma no invasiva, sin riesgos, obteniéndose el resultado de forma inmediata y se puede repetir periódicamente de forma segura. La elastografìa hepática transitoria puede ser medida por diferentes aparatos pero el Fibroscan® es el que ha sido ampliamente utilizado y validado por la literatura médica mundial. Funciona de manera similar a un aparato de ecografía, dispone de una sonda emisora-receptora que emite dos tipos de ondas: – Una onda pulsátil vibratoria que penetra en el tejido hepático. – Una onda de ultrasonidos que capta la velocidad a la que se propaga la primera onda. – La máquina procesa la información y genera en una pantalla de video una imagen correspondiente a la onda elástica con un valor de rigidez hepática medido en kilopascales (kPa). Si la onda vibratoria viaja lentamente quiere decir que el tejido del hígado es elástico, si la onda viaja rápido quiere decir que el hígado es poco elástico o existe fibrosis por lo que el valor final es alto.

Enfermedades del Hígado

La fibrosis hepática es un proceso cicatricial que se va produciendo en el hígado por acumulación de tejido colágeno como consecuencia de una inflamación crónica, por ejemplo por abuso de alcohol o por una hepatitis viral B o C. Generalmente este proceso se produce en el transcurso de años o décadas y en la mayoría de los casos no produce síntomas en el paciente.

La fibrosis hepática produce entonces que el tejido hepático se transforme en más rígido o más duro.

La fibrosis hepática se puede diagnosticar a través de una biopsia hepática que es un procedimiento invasivo que requiere hospitalización y no está exenta de complicaciones.

La elastografía hepática por Fibroscan es un método no invasivo, exenta de riesgo que se utiliza para pesquisar y medir el grado de fibrosis hepática.

La cirrosis es una fase avanzada de cicatrización (fibrosis hepática severa) del hígado como consecuencia de muchas enfermedades hepáticas, como la hepatitis crónica viral B o C y el alcoholismo crónico.

En Chile dentro de las causas más frecuentes de cirrosis hepática están el alcoholismo, la esteatohepatitis no alcohólica, la hepatitis por virus C, hepatitis autoinmune y la colangitis biliar primaria.

Cuando el hígado sufre de una inflamación crónica, ya sea por enfermedad, consumo excesivo de alcohol u otra causa, va produciendo tejido cicatricial o fibrosis. A medida que la cirrosis avanza, se forman cada vez más tejidos de cicatrización, y hacen que el hígado funcione con dificultad (cirrosis descompensada). La cirrosis avanzada es potencialmente mortal.

El daño al hígado causado por la cirrosis no puede revertirse. Pero si la cirrosis hepática se diagnostica de forma precoz y se trata la causa, se puede detener la progresión del daño y, raramente, revertirse.

La enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) es la enfermedad hepática que en los últimos años más ha aumentado su incidencia, siendo la primera causa de cirrosis en estos momentos en Estados Unidos y probablemente también lo será en Chile. Su nombre se origina en la similitud que tiene la biopsia hepática con la hepatitis alcohólica, pero esta enfermedad se da en pacientes que beben muy poco alcohol ( inferior a 30 gr al día) o pacientes que no beben nada de alcohol. En esta enfermedad se acumula grasa dentro de las células hepáticas en la forma de ácidos grasos. A pesar de que tener grasa en el hígado no sea lo normal, la grasa en sí misma, posiblemente no daña al hígado. Entre la gente con enfermedad por hígado graso no alcohólico, un grupo pequeño podría presentar una afección más grave, llamada esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). En la esteatohepatitis no alcohólica, la acumulación de grasa se relaciona con una inflamación de las células hepáticas y diferentes grados de fibrosis. La esteatohepatitis no alcohólica puede ser una afección grave, capaz de derivar en la presencia de mucha fibrosis en el hígado y cirrosis. Algunos pacientes que desarrollan cirrosis podrían terminar requiriendo un trasplante de hígado.

Los factores asociados a la enfermedad por hígado graso no alcohólico son las que caracterizan al síndrome metabólico, como la obesidad, diabetes o resistencia a insulina, dislipidemia, hipertensión arterial, etc.

Generalmente esta enfermedad en la mayor parte de su evolución es asintomática. Puede ser sospechada cuando las transaminasas están elevadas generalmente menos de 5 veces su valor normal, o cuando aparece en algún examen de imágenes el hígado graso, como ecografía abdominal, scanner o resonancia.

La confirmación diagnóstica se realiza con la biopsia hepática que al no estar exenta de riesgos, está reemplazada en la práctica, por las características clínicas, de laboratorio y de imágenes. En este lugar se encuentra la evaluación no invasiva de la fibrosis hepática por elastografía transitoria por Fibroscan, como una forma de discriminar a los pacientes que tienen esteatohepatitis no alcohólica que van a desarrollar fibrosis progresiva y tendrán riesgo de cirrosis hepática.